Trucos para enseñar a tu hijo a jugar al golf

Si tienes interés en que tu hijo tenga el primer contacto con el golf y compartir con él ratos inigualables, intenta darle la preparación más adecuada para ello desde el primer día.

Jugar al golf para un niño es mucho más que hacer un swing, es desarrollar capacidades y valores muy útiles para el colegio, la convivencia en familia y su educación:
• Concentración y atención
• Toma de decisiones
• Controlar sus emociones, enfados, rabietas
• Respetar unas reglas las del golf, seguramente más estrictas que las de casa
• Controlar el tiempo y organizarse, no puede retrasar el partido, ni perder hoyo
• Aprender de los errores y corregirlos
• Establecer rutinas en cada golpe que luego le servirán para crear su rutina de estudio

Cualquier edad es buena si el niño quiere jugar. Eso sí, no hay que obligarles si no quieren, tiene que ser una actividad libre.

A los 4 años, los niños siguen aprendiendo las habilidades motoras básicas para el deporte, como correr, saltar, patear, golpear, lanzar y atrapar. Ayudar a tu hijo a aprender estas habilidades en un entorno como el golf, despertará interés en el deporte y establecerá una buena base para la habilidad en el juego.

Para explicarles las técnicas es necesario ser muy visual en las descripciones y comparar movimientos y posturas con animales para que retenga el concepto.

Juegos basados en la práctica:
Debemos conseguir que el niño sea capaz de demostrar sus habilidades de forma natural. No tenemos que enseñarle el grip correcto, el stance ideal ni otros mecanismos del swing, déjale que experimente por él mismo y encontrará en el juego una diversión en lugar de una clase con un profesor.

De green a tee:
No quieras que tu hijo empiece desde el primer día en el tee line golpeando hierros y maderas. Deja que consiga por el mismo la sensación de peso del palo, la reacción palo/bola y el resultado de swing mas amplio en el putter. Es muy útil pasarse muchas horas en el putting, ya que esa relación de recorrido de putter y distancia, le prepara para cuando pase a lanzar la bola con un hierro, es decir, empezar a coordinar el swing.

Equipo propio:
Cuando el niño comience a asistir a clases de iniciación o juegue mucho, es recomendable comprar su primer set de palos. Una buena marca es USKIDS pero hay otras en el mercado que les serán perfectas.

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Consigue que se divierta, que vea que su esfuerzo funciona. Cambia las frases negativas por las constructivas. Convierte el “no levantes la cabeza”, por el “mira la bola”. Es lo mismo, pero si tu hijo siente que le recriminas cosas en lugar de disfrutar y jugar, puede desarrollar una asociación negativa con el golf.

Termina siempre la sesión cuando tu hijo se está divirtiendo, así que querrá volver.

El camino para mejorar puede estar lleno de alabanzas: debes de animarle, reconocer los buenos golpes y retarle de forma positiva para que realice el movimiento de nuevo si no fue bueno. También puedes hacer que tu hijo te enseñe a jugar a golf y que aprenda y reflexione sobre su propio juego de forma activa.

Es fundamental que salgáis al campo siempre que el niño quiera, pero teniendo en cuenta que cuando ellos dicen basta hay que dejarlo.

Por ejemplo, un método sería jugar del hoyo uno al tres y, a continuación, ir a la casa club para descansar o tomar algo. De camino, puedes enseñarles la naturaleza, que vean los árboles, los pájaros, cojan tomillo… En definitiva, que se relacionen con el entorno y vean que el golf es más que el palo, el hoyo y la bola.

Cuando tengan nivel y edad para salir al campo haz de caddie con ellos, porque les encanta que te pongas el “peto” y os sintáis como profesionales. Límpiales la bola, los palos, rastrilla el bunker y da consejos, pero las decisiones las deben de tomar ellos. Sobre todo, nunca hagas crítica, sé constructivo.

Una vez que empiece a jugar en torneos, más en serio, si el niño tiene un mal día, lo mejor es dar palabras de apoyo, o incluso no decir nada. En esos casos, sé más un animador y menos un entrenador. Por tanto, en el viaje de vuelta a casa después de un torneo, lo mejor que puedes hacer es recordar a tu hijo los buenos golpes, o no hablar sobre golf en absoluto.

No olvides que lo más importante es que ambos os divirtáis y estrechéis aún más el vínculo que existe entre vosotros.

Imagen de Buengolpe Medios
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