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Lo que nos depara el futuro de la industria del golf en España
La práctica del golf en España está enormemente ligada, quizás más que en ningún otro lugar europeo, al turismo. De hecho, nuestro país alcanza el segundo puesto, a nivel internacional, en el ranking de recepción de turistas en busca de unas vacaciones ligadas a la práctica de este deporte. Tan solo EEUU supera el millón de extranjeros que España acoge anualmente en busca del viaje o la escapada de golf perfectos, una realidad que contrasta con la tímida relación que mantienen aún hoy en día los españoles con este deporte, y es que, España cuenta con 359 campos de golf, una cifra muy lejana a la que lanzan países como Reino Unido, Francia o Alemania, de hecho, el primero cuenta con la friolera de 2.500 campos. Eso sí, en España, más de la mitad de las instalaciones se sitúan en los principales destinos turísticos nacionales.
Como podéis comprobar, estas cifras hablan por sí solas. Efectivamente, en España, el golf está relacionado casi de forma exclusiva con el turismo extranjero en destinos de sol y playa, una realidad que, sin embargo, podría cambiar en los próximos años.
Quienes marcan la tendencia en lo que a práctica de golf se refiere en España quieren dar un giro radical para posicionar este deporte como una alternativa de ocio familiar generalizada. El sector, al que dan vida empresarios, hosteleros, grupos constructores y promotores, grupos inversores, administraciones, etc., busca reinventarse para estrechar la brecha que separa el golf del deportista y turista español.
Invertir en la construcción de campos de golf pensados para toda la familia, donde adquieran mayor relevancia las mujeres y los niños, con recorridos más cortos, más rápidos y más sencillos, de 6 y 9 hoyos; restaurantes, piscinas, tiendas, etc., son algunas de las peculiaridades que asumirán los nuevos clubes e instalaciones. Se trata, sobre todo, de crear tendencia, de instalar una cultura ligada al golf cuyos sinónimos sean la diversión, la asunción de hábitos saludables y el disfrute de tiempo libre en familia.
El golf como atractivo turístico y como deporte familiar, esa es la clave. El primero genera en nuestro país un ingreso anual de 400 millones de euros y un gasto diario medio por parte de quienes lo disfrutan muy superior al de cualquier otro tipo de turista, cifras nada desdeñables a las que España no quiere renunciar y que deberá conservar de la mano de la innovación en el sector si desea competir con destinos en alza como los países asiáticos; la construcción de nuevos campos ligados al turismo en el norte de la península y en el interior será una de las bazas a jugar. Por otra parte, nuestro país cuenta con poco más de 272.000 jugadores federados, sin embargo, el número de extranjeros que visitan los campos de golf españoles sobre pasa el millón, que la primera cifra se aproxime cada vez más a la segunda será otro de los objetivos de la próxima década, como lo será también recuperar la promoción residencial vinculada al golf desde una perspectiva sostenible y bajo la gestión responsable de grupos que apuesten por el turismo residencial vinculado a los campos de golf.
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